MANISERS ILUSTRES
MANISEROS ILUSTRES

Guillermo Joaquín de Osma y Scull
La Habana (Cuba), 24 de Enero de 1853
Biarriz, 7 de Febrero de 1922

Diplomático, Abogado, Ministro de España, Arqueólogo y fundador del Instituto de Valencia de Don Juan, en Madrid. 

Su esposa Doña Adelaida Crooke y Guzmán, XXIV Condesa de Valencia de Don Juan, fundadora del Instituto de Valencia de Don Juan.

Don Juan Crooke y Navarrot, padre de su esposa.

Doña Adelaida, la madre de su esposa.

Incluyo estas fotografías, junto a la Guillermo de Osma, porque todas estas personas, su esposa y sus padres, están íntimamente ligadas al quehacer de su labor, no ya profesional, sino a la de la fundación que creó y que fructificó en el Patronato que en 1916 fundó el Museo-Instituto de Valencia de Don Juan en Madrid, donde Manises y sus cerámicas están representadas. Estas fotografías están en el libro que ha escrito la valenciana Balbina M. Caviró titulado: La loza dorada en el Instituto de Valencia de Don Juan. Año 2010. 

Cuando empecé a preparar la biografía de Guillermo de Osma encontré algunas inexactitudes que se habían publicado. Algunas sobre el nombre ya que le llamaban Guillermo José de Osma (Blanco y Negro (Madrid) el 12.12.1903, página 3, nota del Ministerio de Economía titulada LOS MINISTROS NUEVOS) y también sobre su nacimiento, ya que en alguna wikipedia se informaba que su nacimiento había tenido lugar en algunos lugares de España. Completada la busca y confirmada la veracidad de lo auténtico, me puse a buscar el motivo de porqué el Ayuntamiento de Manises le dedicase una calle, no una calle cualquiera, sino el Paseo de Guillermo J. de Osma, (como así reza el rótulo de la calle) en el año 1924, que hasta entonces se llamaba Paseo de San Juan, como prolongación a la calle de San Juan, que es donde estaba la Escuela de Cerámica.

Hechas las averiguaciones pertinentes y buscado en los archivos y artículos publicados y del mismo Instituto se comprende el porqué el Ayuntamiento de Nuestra Ciudad -sin ser manisero- le concediese su nombre a esta importante calle-paseo a los 2 años de fallecer (falleció en 1922 y se le concedió en 1924).

Fotografía de Don Guillermo Joaquín de Osma, publicada en el libro de Balbina Martínez Caviró.

Guillermo Joaquín de Osma nació en la Habana (Cuba), el 24 de Enero de 1853 (hace ahora 160 años), por lo que por su nacimiento y origen era criollo. Su apellido paterno procedía de la Rioja. Su abuelo era valenciano que emigró a Perú a finales del siglo XVIII, donde llegó a desempeñar importantes cargos en la Audiencia de Lima.

Por línea materna, norteamericano de Filadelfia, ya que su abuelo José Scull, era un comerciante y banquero que se estableció en Cuba y allí contrae matrimonio con Rosa Andouin, francesa de origen normando. Una de sus hijas Emilia Rosa Scull -natural de la ciudad de Matanzas- se casa con Juan Ignacio de Osma y Ramírez de Orellano, que era natural de Lima y encargado de negocios y Cónsul General de la República de Perú en los Estados Unidos de América, y fruto de este matrimonio nace Guillermo Joaquín de Osma y Scull. Por lo que en sus venas lleva sangre española, americana y francesa, la perfecta combinación del criollo.

Recibe una esmerada educación europea, ya que estudia Bachiller en la Sorbona y Ciencias y Letras en la Universidad de Oxford. Inicia su brillante carrera diplomática en el año 1877 en la Embajada Española en París como Secretario hasta el año 1891, donde participó en las negociaciones con Francia sobre el Protectorado de Marruecos. En 1885 fue como secretario de tercera a la Embajada de Londres, quedando, desde 1890, a las órdenes del Presidente del Consejo de Ministros, y en 1982 es destinado a Bruselas.

Cubrió muchos años de actividad parlamentaria, ya que obtuvo actas de diputado entre 1891 y 1910, ocupando posteriormente escaño en la Cámara Alta como Senador vitalicio en 1919. Fue ocupando puestos de relieve, como el de Subsecretario de Estado, de Ultramar y de Hacienda.

Fue Ministro de Hacienda en dos gobiernos con Antonio Maura, bajo el reinado de Alfonso XIII, desde el 5 de Diciembre de 1903 al 16 de Diciembre de 1904. Repetiría desde el 25 de Enero de 1907 al 23 de Febrero de 1908. Durante el ejercicio de sus funciones hizo promulgar la Ley de Alcoholes y Azúcares. Fue Presidente del Consejo de Estado y estuvo condecorado con la Gran Cruz de Carlos III, la Gran Cruz del Mérito Naval y también de la Legión de Honor francesa.

Pero su mérito y cordón umbilical con Manises se debe a la estrecha relación y al estudio de la cerámica manisera, en concreto sobre el Reflejo Metálico, ya que alternaba sus obligaciones profesionales con la afición a la arqueología y al coleccionismo. Como mecenas propicia la búsqueda y recuperación de las piezas cerámicas para que sirvan de estudio a los investigadores de su tiempo y -tal y como muestra en su legado- para la posteridad.

Son numerosos los trabajos publicados sobre la cerámica valenciana, sobre Manises en particular, y su divulgación alrededor del mundo, ya que los contactos tanto en la época de estudiante en Francia como en Inglaterra (los conservadores del Museo británico formaron parte del primer Patronato que fundó el Museo y es condición indispensable que sean siempre miembros natos del mismo) y posteriormente en Estados Unidos (el fundador del Hispanic Society of America, Mr. Archer M. Huntington, fue uno de los componentes del primer Patronato que constituyó el Museo y también es miembro nato del primer Patronato del Museo, así como también es condición indispensable que siempre sean miembros natos del mismo), contribuyó a la divulgación de sus escritos y hallazgos, así como las adquisiciones que hacía.




La loza Dorada de Manises en el año 1454, Cartas de la Reina Doña María de Aragón a Don Pedro Boil, Señor de Manises, por Guillermo Joaquín de Osma.


Escribió el libro LOS MAESTROS ALFAREROS DE MANISES, PATERNA Y VALENCIA, referido a los Contratos y Ordenanzas de los siglos XIV y XV, que sirvieron de consulta a especialistas como González Martí o como la autora del último libro Balbina Martínez Caviró. Pero no fue solo este el libro que escribió sino que sobre la cerámica medieval española publicó AZULEJOS SEVILLANOS DEL SIGLO XIII (Madrid 1902), LOS LETREROS ORNAMENTALES DE LA CERÁMICA MORISCA (Madrid 1906), aunque donde más incidió fue en nuestra cerámica -en la manisera- ya que sus libros LA LOZA DORADA DE MANISES (Textos valencianos). Madrid 1906, LAS DIVISAS DEL REY EN LOS PAVIMENTOS DE «OBRA DE MANISES» DEL CASTILLO DE NÁPOLES (Textos valencianos I,II,III). Madrid 1906-1909, ADICIONES A MAESTROS ALFAREROS DE MANISES. Madrid 1911, La Loza Dorada de Manises en 1454, Cartas de la Reina María de Aragón a Don Pedro Boil, Señor de Manises, y sobre todo el anteriormente mencionado LOS MAESTROS ALFAREROS DE MANISES, PATERNA Y VALENCIA, hacen que la cerámica manisera fuese una constante en sus trabajos de investigación y posterior divulgación. Otros como CATÁLOGO DE AZABACHES COMPOSTELANOS. Madrid 1916, son parte de sus sus trabajos en los que la cerámica manisera siempre estaba presente.

De todo el contenido del Instituto de Valencia de Don Juan:

la sala dedicada a la cerámica morisca fue su principal prioridad y él personalmente dirigió a los trabajadores en la decoración y adecuación de la misma, destacando la privilegiada ubicación que le dio a la cerámica valenciana y en particular a la loza dorada de Manises, tal y como se puede ver en el enlace anteriormente reseñado.

Libro de Los Maestros Alfareros de Manises, . . .

Manises conocía el trabajo que estaba haciendo, ya que además de lo publicado se tenía información de primera mano porque Manuel González Martí, entonces Director de la Escuela de Cerámica de Manises, era también Académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, a la que también pertenecía Guillermo de Osma. Se valoró positivamente el trabajo que estaba haciendo y como premio a su esfuerzo y dedicación -en pro de nuestra cerámica y del nombre de nuestra Ciudad- que estaba llevando a cabo se le concedió en el año 1924 (a los 2 años de morir) darle su nombre a una calle, no a una cualquiera, sino a una que estaba ligada a su estudio y afición arqueológica, es decir donde estaba ubicada la Escuela de Cerámica, cuya primera piedra se puso el 14 de Enero de 1917, siendo alcalde de la Ciudad Don Vicente Mora Arenes.

El 11 de Enero de 1925 tuvo lugar en Manises el descubrimiento de la placa de cerámica que -todavía hoy- preside el Paseo de Guillermo Joaquín de Osma. Entre los asistentes, encima del entarimado, estaban el Subsecretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, Don Javier García de Leániz, que había llegado de Madrid; el Alcalde de Manises Don José Mª Martínez Aviñó, el Cura Párroco Don Vicente Aviñó Catalá, el Canónigo de la Metropolitana y Rector del Seminario, e hijo de Manises Don Nicolás David Campos, el médico valenciano doctor José Casanova Dalfó (que dejó para Manises el edificio donde se encuentra el Museo de Cerámica), así como industriales ceramistas de Manises, profesores de la escuela y todo el consistorio de la Ciudad.

Esta placa de cerámica, con el nombre del homenajeado, fue hecha y cocida en la Escuela de Cerámica, fue pintada por Arturo Almar, y se trata de una gran placa en relieve, en la que además de figurar el homenajeado, también están representadas -de manera simbólica- las aportaciones de Guillermo de Osma al estudio de la mejor cerámica de Manises de todos los tiempos: La loza gótico-mudéjar decorada en azul y el reflejo metálico. Después de descubrirla el Sr. García de Leániz, pronunció un discurso exaltando y alabando la figura de Guillermo de Osma, como gran amante de las artes y la cerámica y que tanto había contribuido con su mecenazgo a la difusión de las cerámica manisera y de nuestra Ciudad.

Si hubo un pensamiento y una idea que Guillermo de Osma no dejó nunca de tener en mente fue la creación de un Museo en el que guardase todo lo que durante su vida había guardado y por lo que siempre había luchado. Esto lo consiguió a la edad de 63 años, cuando fundó el Instituto de Valencia de Don Juan. Pertenecía al sector conservacionista o de arqueólogos, en contra de otra existente en esta misma época de arquitectos o restauradores. Era dos polos opuestos sobre la concepción de cómo se tenían que hacer las cosas y siguiendo las directrices de la Academia de San Fernando, que en 1870 dictaminó que no se debía restaurar sino conservar. Perteneciendo -como pertenecía a la Academia de San Fernando- y estando plenamente convencido de sus directrices fur nombrado Presidente de El Patronato de la Alhambra, en Enero de 1914, y disconforme con los trabajos realizados por el arquitecto-restaurador Modesto Cendoya, al no hacer caso a las directrices emanadas del Patronato, tuvo varias discusiones y se abrió una guerra entre el encargado de realizar los trabajos (Sr. Cendoya) con el Patronato que las ordenaba. Todos estos altibajos y sinsabores dimitió el 23 de Enero de 1915 (prácticamente un año después de ser nombrado) y esto -según las crónicas de la época- constituyó la muerte del Patronato, ya que su credibilidad, unido a su reputación científica dejaba tocado a los responsables que le había hecho dimitir.

Tal vez por este motivo la creación del Museo -su Museo- fue dirigida en esencia para la conservación de todo lo que durante años había adquirido y guardado, para que se enseñase y que sirviese para los investigadores y profesionales y que fuese un centro de saber sobre las distintas ramas en que se divide toda la colección del Instituto de Valencia de Don Juan.

La colección que guarda el Instituto tuvo su origen en Don Juan Crooke y Navarrot, hijo de una importante familia irlandesa, aunque nacido en Málaga, que no sólo fue un gran coleccionista, fue además historiador de Arte y muy ligado a la Casa Real. Dirigió la Armería de Palacio, cuyo catálogo escribió en 1898, así como el de los Tapices de la Corona. También fue diplomático, caballero de la Orden de San Juan, Gentilhombre de Cámara, Gran Cruz de Carlos III y Gran Oficial de la Legión de Honor.

Por lo cual la decisión de crear el Instituto de Valencia de Don Juan, por su fundadores Guillermo de Osma y su esposa Adelaida, fue la gran colección de obras de arte que atesoraba y sobre todo por las adquisiciones realizadas, tanto por Don Juan Crooke, conde de Valencia de Don Juan como por su yerno Guillermo de Osma.

Manises está presente en este Museo que es uno de los mejores del Mundo en su especialidad: Las cerámicas valencianas y españolas, pero sobre todo por su colección de platos y piezas de reflejo metálico.

Fachada del Instituto en los años 1970 (Siglo XX), con la puerta principal que cae a la calle del Pintor Fortuny. Fotografía cedida por el Instituto.

Vista frontal con la otra entrada al palacete, también en los años 1970 (siglo XX). Fotografía cedida por el Instituto.

Vista de las salas interiores.

Esta ha sido una síntesis de la biografía de Guillermo Joaquín de Osma y Scull, que siempre tuvo a Manises, a sus alfareros y a su cerámica presente, y que el Museo que el fundó así lo atestigua, ya que es una joya por el contenido, tanto en cantidad como en calidad.

Manises debe recordarle y agradecerle su interés en mostrar y divulgar su obra que desde siempre le cautivó y por la que invirtió su tiempo y dinero, con el fin de que no pasase desapercibida y pudiese mostrarse y divulgarse a las generaciones venideras.

Para ver el Museo Instituto de Valencia de Don Juan en Madrid, buscar en el Menú.

Pepe Esteve

Bibliografía: Programas de Fiestas de Manises, Manises Retazos de su Historia de José Mª Moreno Royo, La Loza Dorada en el Instituto de Valencia de Don Juan de Balbina Martínez Caviró, Los Maestros alfareros de Manises, Paterna y Valencia, Hemeroteca de BLANCO Y NEGRO, Los Ministros de Hacienda de España, Las Lozas de Manises y Paterna de Don Esteban Rodríguez Arrieta, Actas, Museos y Mecenazgo. Archivo Particular.
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