Biografies de Manisers Ilustres
Biografías de Maniseros Ilustres

MARCOS
VILAR ESTEVE
Manises, 00.00.1906
Picadero de Paterna, 26.09.1936
Sacerdot / Sacerdote
Retor de Bugarra/Párroco de Bugarra
Nació
en Manises en 1906. Sintiéndose llamado al sacerdocio cursó
estudios eclesiásticos en el Colegio de Vocaciones Eclesiásticas de
San José, de Valencia, que fundado por el beato Manuel Domínguez y
Sol en 1887, se encontraba situado en la Calle Alboraya.

El
18 de Junio de 1933 el Obispo Auxiliar de Valencia, Don Javier
Lauzurica, le confirió la ordenación sacerdotal.

Su
primer destino fue Torralba del Pinar, caserío de unos 300
habitantes, en el arciprestazgo de Villahermosa del Río, pero no
pudo hacerse cargo por encontrarse enfermo, y necesitar un
tratamiento médico que tenía que recibir periódicamente en la
misma Valencia.

Durante
este período, según testimonio de su hermana Vicenta, ayudaba en
las parroquias que requerían sus servicios. Mostrando en todo
momento una gran disponibilidad y entrega apostólica.

Ya
recuperado de su dolencia fue nombrado en 1935 cura de Bugarra. Los
tiempos que corrían eran difíciles, pero don Marcos supo ganarse el
aprecio de todo el pueblo de Bugarra, por su carácter humilde y
sencillo.

Este
pueblo, con en millar y medio de habitantes, en aquellas fechas,
pertenecía al arciprestazgo de Villar del Arzobispo. No hubo aspecto
en la vida parroquial que no fuese objeto del celo apostólico de don
Marcos. Los niños, los jóvenes, los matrimonios, los ancianos,
todos recibieron la entrega de su nuevo Párroco.

La
vida parroquial permaneció inalterable en el pueblo hasta el 23 de
Julio, pero en vista de que los acontecimientos se iban agravando,
fue requerido por el Alcalde para que se presentase en el
Ayuntamiento. Allí le indicó que se le garantizaba su seguridad
personal y la de su familia. Pero en vista de que la situación iba
empeorando decidió marchar a Manises, su pueblo natal. Cuatro
miembros del Comité Local personalmente le acompañaron en un coche.

En
Manises aún procuró, con serias dificultades, ejercer el
ministerio. Celebró tres días misa en el Oratorio de Doña Consuelo
Borrás.

Un
tío suyo, en su nombre, se presentó en el Ayuntamiento para
notificar su residencia. Se le notificó que no saliese de casa.

El
ambiente se iba enrareciendo cada vez más. Su madre le pidió que se
ausentase del pueblo y se marchase a otra parte, pero él siempre se
negaba: << Lo que sea voluntad de Dios -decía- es lo que yo
quiero >>.

El
día 24 de Septiembre, fiesta de la Virgen de la Merced, onomástica
de su madre, lo pasó reunido con toda su familia.

Un
amigo de su casa le avisó del serio peligro que corría, ya que era
fácil que fueran a su casa a detenerle. Y así fue.

Al
día siguiente lo detuvieron. No le vino de nuevo. Estaba dispuesto
al martirio, y después de despedirse de todos los familiares, dijo:
<< Madre, si no vuelvo que digan por mí ochenta misas >>.

De
su domicilio fue llevado al Cuartel de las Milicias, edificio del
Convento de las Carmelitas Descalzas, donde se encontraban ya el Cura
Párroco, el padre Juan Bautista Botet, y desde el día anterior, don
Ángel Nadal.

A
la una de la madrugada después de un grotesco simulacro de juicio,
que recordaba al de Jesús, ante Anás y Caifás, fue conducido en un
coche, con los anteriores eclesiásticos antes nombrados, al Picadero
de Paterna, donde rubricaron su testimonio de Cristo con el martirio.
Comenzaba a despertar el día 26 de Septiembre de 1936.

Sus
restos mortales, al igual que los de los demás sacerdotes, descansan
en un sepulcro ante el altar del Sagrados Corazón de Jesús del
templo parroquial de San Juan Bautista de Manises.



Arturo Llin Cháfer
Testigos de Jesucristo 1999.
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