GIMENO MORANTE
5 de mayo de 1911
Tenía
pues a su muerte casi 70 años, de los que la mayoría -o casi en
su totalidad- los pasó entre hornos, mezclas, cociendo sus hornadas,
con el romero y aliagas, exigiendo a todos, y primero a sí mismo, la
pureza de estilos y perfección de colores, brillantez, etc.
Y
desde luego buen maestro si que tuvo, pues su padre Vicente Gimeno
Dies fue un importante ceramista que alcanzó gran renombre
internacional, cuando sus cerámicas del más puro estilo alcanzaron
premios y diplomas en concursos y ferias en muy diferentes naciones,
destacando entre otras las del Principado de Mónaco, con la expresa
felicitación del Jurado en la exposición celebrada en abril de
1953, bajo el patrocinio de Rainiero III.
Fue
un singular colaborador de su padre, y a ellos se deben las tejas de
azulejos metálicos de las cúpulas del Ayuntamiento de Valencia, que
aunque encargadas a otra firma valenciana, fue en este taller de los
Gimeno donde se fabricaron y se cocieron, ocurriendo lo mismo con
molduras y frisos del Mercado Central valenciano, obra también de
ellos.
Al
fallecer su padre, Jesús Gimeno, quedó con la responsabilidad de
llevar adelante este difícil arte, y para ello laboraba intensamente,
combinando los diferentes matices del reflejo o bien asociándolo
con azules.
Una
de sus mayores aportaciones al arte y a la historia está en la
restauración del Salón de Reyes del Real Alcázar de Segovia,
reproducción exacta de la azulejería del siglo XII según leemos.
Distinguidas
personalidades y entidades disponen y aprecian las piezas que Jesús
Gimeno posee, tales como la Reina de España, doña Sofía, a quien
el Ayuntamiento de Manises le regaló un jarro con tapa y dedicatoria
(ello ocurrió el día 30 de noviembre de 1976, al llegar Sus
Majestades los Reyes al aeropuerto, en visita a Valencia, esta bella
pieza le fue entregada, en nombre de la Ciudad, por el entonces
alcalde don Vicente Laporta Lorenzo).
También
el que fue nuncio de Su Santidad en España Monseñor Luigi Dadaglio,
tiene algunas piezas de reflejo, entre ellas un juego de café, que
consiguió en su visita a Manises, durante el Congreso Eucarístico,
en mayo de 1972. De este mismo tiempo son los copones para la
comunión en la noche de la Vigilia Nacional, de los que algunas
piezas quedaron y se guardaron en la Iglesia Parroquial de San Juan
Bautista, y que son utilizadas, principalmente, en el Jueves Santo.
Esta Parroquia y otras de a Ciudad cuentas igualmente con bellos
cálices de cerámica de reflejos metálicos, que son empleados en
los domingos y fiestas.
Y
también el popular Mesonero Mayor de Castilla, Cándido, guarda en
su casa de Segovia unas piezas, y sobre todo un aguamanil, que nos
consta aprecia y distingue mucho.
Una
pieza extraordinaria de Jesús Gimeno es el excepcional plato brasero
de 50 cm. de diámetro, de reflejo metálico y azul, decorado con la
piña, símbolo del árbol de la vida, franqueada por dos
cervatillos, reproducción fidedigna de un plato del siglo XV que se
conserva en Londres (Museo Victoria y Alberto, encontrado a trozos en
el fondos del río Támesis) alcanzando el máximo galardón, Alfa de
Oro, en la Feria Internacional de Cerámica y Vidrio, en el año
1978, y una sincera felicitación del Ayuntamiento de Manises,
acordada en la sesión del día 4 de marzo de dicho año.
He
aquí la breve historia de un manisero singular, hombre sencillo, sin
pretensiones, y entregado siempre a su quehacer: dominar el fuego
para conseguir los extraordinarios reflejos metálicos en la
cerámica, con la misma técnica, la misma pureza e idéntica
fidelidad, al igual que aquellos alfareros “mestres d’obra de
terra”, antepasados nuestros del siglo XV, cuyas piezas tan
codiciadas son hoy.
Biografía de José María Moreno Royo
Artículo publicado en el programa de fiestas de Santas Justa y Rufina del año 1982. Fotografías de mi archivo particular.